La violencia clerical es una de las violencias más perversas que existen. Implica aprovechar el sistema de creencias, el apoyo institucional y el nombre de Dios para abusar de menores y poner a las infancias y sus familias contra de un sistema de poder que intenta revictimizar, desacreditar, difamar y hasta acabar con ellos.
Analu fue la primera denunciante de Fernando Martínez, sacerdote de los Legionarios de Cristo que por años ejerció abuso sistemático bajo la protección del grupo liderado por Marcial Maciel. Hoy su testimonio no solo es un admirable ejemplo de valentía, sino una ventana hacia un sistema que fue perfeccionado para que un grupo abuse de los más vulnerables con completa impunidad, y las heridas que deja la traición de quien le dijo que todo fue en el nombre de Dios.

Paula Aguilar ha dedicado los últimos 15 años de su vida a combatir la violencia sexual infantil. Desde la detección en entornos educativos y familiares, hasta el acompañamiento psicológico a quienes lo han vivido, la trayectoria de Paula le ha dado una visión única de uno de los problemas más grandes de nuestra sociedad y de los que menos se habla.
Hoy, Paula comparte esta visión con el mundo capacitando a psicoterapeutas, a padres y madres, y a todo un país que debe aprender que los secretos y el silencio son cómplices del abuso.

Diana Murrieta, fundadora de “Nosotras Para Ellas” que ha enfocado su carrera en brindar apoyo psicológico y jurídico a víctimas de violencia y abuso, nos ayuda a entender por qué en México es tan difícil denunciar, desmenuzando el sistema de justicia y sus deficiencias, los roles sociales y nuestra percepción equivocada de lo que es el abuso y cómo acompañar a quienes lo viven en el marco de uno de los casos más impactantes que ella hoy lleva, en el que la protección a un abusador pone en evidencia las redes de complicidad que existen en nuestra sociedad.