Las diferencias culturales y sociales a menudo crean barreras que nos separan. Estas divisiones pueden basarse en etnicidad, lenguaje, nivel socioeconómico y tradiciones.

Desarrollar una cultura de oración en la iglesia es esencial para el crecimiento espiritual y la unidad de la congregación. A través de la enseñanza, la práctica y el modelado de la oración, podemos fomentar una comunidad comprometida con la búsqueda de Dios y su voluntad.

La unidad y el amor son pilares fundamentales en el reino de Dios, y es vital que los líderes modelen estos valores para el bienestar de la congregación.

La cultura del reino de Dios es fundamental para la vida de la iglesia. En contraste con las culturas del mundo, la cultura del reino se basa en los valores y principios que Jesús enseñó. Al comprender y aplicar estos principios, nuestras iglesias pueden convertirse en verdaderos reflejos del reino de Dios en la tierra.