La elección de nuestros gobernantes no siempre ha sido por consenso popular, ni la participación de la mujer tiene mucho tiempo que se logró.

La democracia, como forma de gobierno que implica la participación de los miembros de una comunidad política en la toma de decisiones gubernamentales y de gestión, surgió hacia el siglo V A.C. en las costas de Grecia, concretamente en Atenas.

En esa época no existía el dinero, era una sociedad premonetaria, el comercio se hacia mediante trueque o a través de ovejas (pecunias), de esta suerte no era fácil acumular riqueza, por lo que se daba una relativa igualdad económica y social.

La organización familiar era patriarcal, sus integrantes estaban bajo la autoridad del Basileo (cabeza), su conjunto se llamaba polis (ciudad o civitas entre los romanos).

Estos términos deben traducirse como comunidad política, no en el sentido literal y moderno de ciudad.

Los basileis (plural de Basileo), se reunían en una asamblea denominada Ekklesia, en la plaza pública (ágora), en donde se discutían los asuntos de gobierno, se tomaban decisiones y se elegían personas para diferentes cargos públicos.

La construcción de la participación de hombres y mujeres en México no ha sido fácil y a llevado mucho tiempo hasta llegar al presente, en donde si cumplimos 18 años y tenemos ya una credencial expedida por el INE, debemos ejercer ese derecho de elegir a nuestros representantes y gobernantes y NO quedarnos en casa o salir a pasear o, destinar el día para otras actividades.

Por tantos esfuerzos y sangre derramada para conseguir que HOY pudiéramos VOTAR, hacemos votos porque mañana 2 de JUNIO logremos una participación de ciudadanos en edad de votar mayor al 90%. ¿Lo lograremos? Y con ello los gobernantes serán fuertes y trabajaran para nosotros, los electores.