Mis padres cuentan que primero desarmaba las radios que me regalaban, tratando de entender cómo funcionaban. Luego, cuando descubrí que podía grabar mi voz en un cassette.

Finalmente, en 1994, cuando tenía 16 años, me uní a una estación de radio pirata en mi barrio, KID SATÉLITE. No teníamos satélite, solo un palo alto con una antena en la punta que transmitía en una frecuencia que ya no recuerdo.

Incluso la persona más tranquila y coherente puede pasar por un gran momento de ruptura. Un periodo para la locura, por así decirlo. Seguramente todos necesitamos esos puntos de inflexión.

Recuerdo como si fuera ayer el día que mi familia y yo nos mudamos a la Urb Mariscal Cáceres en el distrito de San Juan de Lurigancho en 1987.

Mi vida ha sido un viaje lleno de giros inesperados y aprendizajes valiosos. Desde mi infancia en el centro de Lima hasta mi servicio en la Marina de Guerra del Perú, pasando por mi carrera en los medios de comunicación y mi experiencia como docente, he vivido momentos que me han enseñado mucho sobre la vida y sobre mí mismo.