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サマリー
あらすじ・解説
El feminismo es tan pecaminoso como el machismo: ambas cosas son aberrantes, ambas atentan contra el modelo establecido por el Creador, y por ende ambas son pecaminosas. El hombre fue creado primero; a él, Dios le asignó responsabilidades particulares y le dio tareas inherentes a su naturaleza masculina. El hombre no escogió ser creado primero, y tampoco, tener por ende, la responsabilidad de presidir a su esposa, quien fue creada después de él, de él, y para él.
El hombre acepta su responsabilidad y obedece diligente y piadosamente las tareas asignadas, por su Dios. Sólo cuando el hombre se extralimita de manera abusiva, o cuando es abandonado en el ejercicio de sus funciones en el seno del hogar, es cuando surgen los problemas que ultimadamente evidencian el pecado y que usualmente desembocan en la aberración que recibe el nombre de machismo.