Corren nuevos tiempos y son tiempos en los que las cuestiones ambientales están a la orden del día en un planeta, que aunque se llame Tierra, es predominantemente azul, azul de los mares y los océanos. Y son muchas las alertas que han saltado sobre el estado en el que se encuentran esas enormes masas de agua marina. Tal vez podamos resumir que sólo hay una amenaza: el ser humano, porque si repasamos la amplia lista de contaminantes vertidos a mares y océanos, está claro que el principal origen es antropocénico.
Los océanos y los mares nos conectan y son nuestro sustento. En su seno albergan una gran diversidad biológica y constituyen una defensa vital frente a la emergencia climática que sufre el mundo entero.
Hoy en día, sin embargo, los océanos se enfrentan a amenazas sin precedentes. En los últimos 150 años se han perdido aproximadamente la mitad de los corales vivos. La contaminación por plástico en los océanos se ha multiplicado por diez en los últimos 40 años. Un tercio de las poblaciones de peces están sobreexplotadas. Las zonas muertas —desiertos submarinos donde no prospera la vida debido a la falta de oxígeno— están aumentando rápidamente, tanto en extensión como en número.
Enma Martínez, profesora titular de Toxicología de la UMU y responsable del proyecto Oceanosphera, una iniciativa con la que se pretende investigar, educar y comunicar sobre el impacto de los contaminantes en el mundo marino desde la perspectiva de la salud ambiental.