-
サマリー
あらすじ・解説
En este primer video exploramos de forma introductoria la carta de Pablo a los Efesios y el tema principal de esta carta: El propósito de Dios es es unir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en la Tierra como en el Cielo. Explorando los misterios de Efesios La carta a los Efesios, escrita por Pablo alrededor del año 60 d. C. mientras estaba encarcelado en Roma, profundiza en el tema principal de unir todas las cosas en Cristo. Este profundo concepto forma la base de toda la carta, dividida en dos partes. Comprender los reinos espiritual y físico Efesios introduce la idea de unir todas las cosas en los cielos y en la tierra. Para comprender esto, necesitamos examinar la relación entre los reinos espiritual y físico. La realidad del reino espiritual, a menudo denominado lugares celestiales o regiones celestiales, coexiste con el mundo físico. El Tabernáculo, el Templo y la Presencia de Dios En la antigua tradición judía, el acceso al reino espiritual se facilitaba a través del tabernáculo y más tarde del templo. El acceso a este espacio sagrado requería purificación y sacrificio, lo que ilustra la separación entre los reinos y la necesidad de un mediador. Jesús como el Tabernáculo y el Cordero El Evangelio de Juan y el Libro de Hebreos presentan a Jesús como el cumplimiento del tabernáculo, el sumo sacerdote y el cordero del sacrificio. Al morar entre la humanidad como el tabernáculo, Jesús cierra la brecha entre los reinos espiritual y físico. Abrazando la plenitud de Cristo La unidad de todas las cosas en Cristo nos invita a abrazar la plenitud de Cristo tanto en el aspecto espiritual como físico de nuestras vidas. Esta unidad va más allá de una esperanza futura; abarca una realidad presente que nos capacita para experimentar las bendiciones espirituales en nuestro viaje terrenal. Vivir en la realidad de la unidad La revelación de unir todas las cosas en Cristo amplía nuestra comprensión de la interacción entre los reinos espiritual y físico. A través de Jesús, las barreras han sido desmanteladas y estamos invitados a vivir en la realidad de la unidad con Dios.